...
Rugen llantos y lamentos
por la alambrada mutilada
y relucen heridos corazones secos.
llenos de ayer, vacíos de mañana,
el rudo escalofrío de la alborada.
El horror del adios sin esperanza,
enfrentar el frio de las madrugadas,
esperando para el desayuno
de pan caliente una rebanada.
Hoy no es más
que un atisbo de mañana...
Las huellas del pasado añejo
marcan sin piedad las caras,
y surcan los vacíos ojos
como diablo con guadaña.
Yo, confiada, tomo tu mano,
quiero ver de la estrella su raya,
para pedirle que por piedad
resguarde nuestras tristes almas.
Porque hoy no es más
que un atisbo de mañana....
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