Mi mente está hecha lagrimas
y entre tanta salina humedad
mis pensamientos se disuelven
como una gota en el mar.
Intento recordar lo que pasó,
pero la sal llega a mi garganta
me hace carraspear,
y en eso me arrepiento,
y así, olvido.
El silencio me ha acompañado,
hace mucho que nos conocemos
el silencio me entiende,
me cubre con su manto de comprensión.
Me siento hija del silencio,
o su puta, su amante,
la que lo complace,
para luego reclamar el buen pago.
Pero soy mala...
Ni el silencio que me acuna
ni el mar que inunda mi cabeza
ni nada
puede borrar los hechos que quedaron esparcidos.
Soy mala, sólo eso recuerdo
no recuerdo por qué,
ellos sólo me enseñaron la culpa
no la razón.
Soy mala, y debiera morir por eso,
dicen algunos
pero sólo me daño a mi misma,
y con eso a algunos pocos más...
Concluyo: soy mala y debería morir...
pero quisiera morir recordando...
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